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sábado, 4 de febrero de 2012

LA IMPORTANCIA DE LOS NIÑOS DESDE LA PERSPECTIVA CELESTIAL


Se cuenta que un hombre, al pasear por la ciudad, vio a dos albañiles trabajando cerca de una plaza. Se acercó y preguntó a uno de ellos: "¿Qué estás haciendo?" - "Estoy poniendo ladrillos", respondió. - Preguntó al otro albañil: "¿Qué estás haciendo?" - "Estoy edificando una gran catedral."
Dos personas pueden hacer la misma cosa, pero con una perspectiva muy distinta. ¿Eres maestro de Escuela Dominical o profesor de niños? ¿Eres padre o madre y tienes que educar a tus hijos? Entonces, ¿cuál sería tu respuesta a la pregunta: Qué estás haciendo? - Algunos dirían: "Estoy solamente cuidando a unos niños." Pero Dios tiene una perspectiva muy distinta.
Cuando Dios mira desde el cielo, El ve no solamente a "unos niños". El ve en cada niño un plan maravilloso para una vida entera, un plan diseñado por El mismo. Además, El ve a todas las personas con quienes este niño se va a relacionar durante su vida, y para quienes este niño puede ser una bendición. El ve un "edificio" grande donde nosotros vemos solamente "unos ladrillos". Cuando enseñas a los niños los caminos del Señor, puedes traer bendición a una generación entera:
"... habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra. Porque yo sé que él mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio..." (Génesis 18:18-19)
El mismo Señor Jesús nos enseña cuan importantes son los niños para Dios:
"Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe." (Mateo 18:5)
"Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar." (Mateo 18:6)
"Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos." (Mateo 18:10)
En la Biblia encontramos también muchos ejemplos de niños que recibían grandes promesas de Dios a una edad muy temprana:
  • Isaac y Jacob recibieron promesas de Dios antes de nacer.
  • Dios guardó la vida del bebé Moisés de una manera maravillosa, para que pudiera cumplir su llamado de liberar el pueblo de Israel.
  • Samuel empezó a escuchar la voz de Dios y a profetizar mientras era niño.
  • David fue ungido como rey cuando era adolescente.
  • Los reyes Joás y Josías empezaron a gobernar sobre Judá a la edad de seis y ocho años, respectivamente.
  • Jeremías fue llamado como profeta a una edad muy joven, y Dios le dijo que le había escogido antes de nacer.
  • Juan el Bautista estaba todavía en el vientre de su madre cuando reconoció a Jesús como Salvador. Poco después de nacer, recibió esta promesa: "Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado, porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos." (Lucas 1:76)
  • En el día de Pentecostés, Pedro dijo que empezó a cumplirse lo dicho por el profeta Joel:"Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán ..." (Hechos 2:17)
Como maestros y como padres somos colaboradores de Dios. Ayudamos a edificar este "edificio" maravilloso que El tiene planeado para la vida de cada uno de los niños que están a nuestro cuidado.
"Si piensas en fruto para un año, siembra trigo.
Si piensas en fruto para diez años, planta un árbol.
Si piensas en fruto para cien años, educa a un niño."
(Según un proverbio chino)

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